He experimentado que sintiendo la emoción y atendiéndola, sin escaparme de ella, la he podido transcender. Y a pesar de lo que ocurría en el exterior, he podido mantenerme en calma. Gracias a los caballos me he sentido más conectada conmigo misma y he podido pasar del miedo a la entrega. Me he dado cuenta de que a veces no hay que hacer nada más que estar.. Y como ha sucedido con el acercamiento de los caballos, en la vida, también, las cosas se dan. Nataly nos ha acompañado con respeto y atención personalizada. La parte de "teoría" ha resultado muy complementaria a la vivencia con los caballos para poder comprender mejor la experiencia. Me he sentido muy cuidada por ella y su manada. Muy recomendable. Una dinámica fluida, momentos de introspección y un compartir con los caballos difícil de describir.